sábado, 22 de abril de 2017

Sondas cerebrales flexibles reducen el daño tisular.

El diseño de electrodos más pequeños y flexibles para recoger las señales del cerebro constituye un reto. Cuanto más pequeño es el tamaño del electrodo, más difícil es detectar una señal. Sin embargo, un equipo del DGIST (Daegu Gyeongbuk Institute of Science and Technology) de Corea desarrolló nuevas sondas, pequeñas, flexibles y capaces de leer las señales del cerebro con claridad. La sonda consta de un electrodo para registrar la señal de cerebro. La señal viaja a través de una línea de interconexión a un conector que la transfiere a los aparatos para su medición y análisis. El electrodo se inicia con una base delgada de oro unida a diminutos nanocables de óxido de zinc recubiertos de una fina capa de oro y finalmente con un polímero conductor. Estos materiales combinados aumentan el área de superficie efectiva de la sonda y la fuerza del electrodo, manteniendo su flexibilidad y compatibilidad con los tejidos blandos. La línea de interconexión está hecha de una mezcla de grafeno y el oro. El grafeno es flexible y el oro es un excelente conductor. Los investigadores probaron la sonda y demostraron su capacidad para leer las señales del cerebro con mucha nitidez. Las sondas con los pequeños electrodos flexibles pueden ser útiles para controlar y registrar las funciones del sistema nervioso o para enviar señales eléctricas al cerebro. Los electrodos ubicados para registrar la actividad neuronal del cerebro pueden ayudar a tratar enfermedades como el Parkinson y la epilepsia. También permiten mejorar las interfaces cerebro-máquina optimizando el control de las prótesis.  Los electrodos neurales de oro y grafeno, flexibles, reducen al mínimo el daño tisular y permiten transmitir con claridad las señales del cerebro.


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