sábado, 16 de noviembre de 2013

El vaso medio lleno, el vaso medio vacío.

La carrera para la obtención de combustible a partir de microalgas empezó en 2005 con el alza del precio del petróleo y la necesidad latente de incorporar  la producción diaria de combustible, para los 1000 millones de vehículos existentes en la tierra, al ciclo de la fotosíntesis de modo de utilizar un recurso renovable alternativo más “limpio” y con un menor impacto en el medio ambiente.
A la fecha, la cantidad de empresas desarrollando combustibles a partir de microalgas (biogás, biodiésel, biopetróleo,…) se incrementa significativamente año a año. Plantas piloto aceleran la puesta a punto y algunas empresas ya encaran la producción a una escala mayor. Todas las petroleras importantes están financiado o experimentando en forma directa alguna planta piloto para obtener combustible a partir de microalgas.  Este vaso medio lleno enfrenta el comentario de los impacientes y objetivos: “…mucho se habla del combustible a partir de microalgas, pero al presente no se produce en las cantidades necesarias…” dejando la sensación de fracaso en tales emprendimientos. Dentro de quienes miran el vaso medio vacío hay algunos más moderados “…estamos a 10 o 20 años de la producción masiva de biocombustibles de microalgas y es necesario invertir muchísimo dinero en investigación para lograrlo…”
Me gustaría recordar que entre la perforación del  primer pozo de petróleo exitoso (Pennsylvania, 1859) y el primer coche a nafta (patentado en 1886 por Carl Benz) transcurrieron 27 años y entre el descubrimiento de la penicilina (Alexander Fleming en 1928) y su producción masiva-comercialización (1941) debimos esperar 13 años.
Tal vez no sea importante si el vaso está medio lleno o medio vacío, hay algo dentro del vaso, biotecnólogos e inversores dispuestos a no seguir sacando  el petróleo enterrado e inofensivo y convertirlo en CO2 a una velocidad de 95 millones de barriles diarios. Biotecnólogos e inversores tratando de introducir la producción de combustible para esos 1000 millones de vehículos en el ciclo de la fotosíntesis de modo de lograr algún nuevo y viable equilibrio en la tierra. 

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